Históricamente Norte de Santander no ha sido un departamento turístico, durante décadas vivimos engañados pensando que teníamos un turismo comercial, sin embargo, el flujo de visitantes no obedecía a una planificación de desarrollo turístico sino a una dinámica automática propiciada por la frontera.
La crisis de Venezuela frenó drásticamente el flujo de visitantes del vecino país con el objeto de hacer compras y sinceró las cifras de turismo.
Repensemos el turismo
En este 2024 se está estrenando la nueva Secretaría de Turismo del Departamento, lo cual es una muestra de la nueva vocación política por parte del mandatario regional que genera optimismo en el sector y ya están trabajando en mesas regionales para alimentar el plan de desarrollo con propuestas que nazcan de los municipios para fortalecer este importante sector que genera empleo y desarrollo todo el mundo.
Norte de Santander cuenta con grandes atractivos naturales, históricos, culturales, religiosos, aventura, gastronómicos, de bienestar y eventos entre otros, los 40 municipios quieren apostarle al turismo, sin embargo, se requiere de una buena planificación para superar limitantes como las vías, la seguridad, la falta de capacitación y la informalidad.
Hay algunos municipios que van adelantados y están buscando su identidad turística y hay otros que hasta ahora están iniciando en el tema, los dos tipos requieren de mandatarios que tengan la voluntad política y decidan abordar el turismo con entusiasmo, que pongan al frente de las coordinaciones que manejen el turismo personas con conocimiento y con apertura de pensamiento para abordar los nuevos retos de este cuatrienio que exigen nuevos tipos de experiencias amigables con el medio ambiente.
Hasta hace poco “la moda” era el turismo sostenible, que se centra en mantener el equilibrio actual, ahora está en boga el turismo regenerativo que es un nuevo enfoque que busca no solo minimizar su impacto negativo en el medio ambiente y las comunidades locales, sino también contribuir activamente a la mejora y regeneración de esos entornos.
El turismo regenerativo va más allá al buscar activamente restaurar y revitalizar los ecosistemas y las comunidades afectadas por la actividad turística.
¿Qué hacer?
Hay una ruta clara que aplica para los municipios que ya tienen turismo y también para quienes inician en esta industria sin chimeneas que les dejo a continuación:
1. Inventario o actualización de atractivos naturales, culturales e inmateriales.
2. Diseño de producto turístico y creación de paquetes.
3. Participación comunitaria
4. Capacitación y Formalización
5. Promoción y Marketing
En cada uno de los puntos de la ruta hay que llevar a cabo acciones efectivas para lograr un turismo que genere riqueza en las comunidades, la falta de planificación crea desorden, basuras, problemas de movilidad, inseguridad, alto costo de vida para comunidades locales, prostitución, drogadicción y otros más que se pueden evitar con una buena planificación turística.
En Chinácota aplica el último párrafo, pero en pretérito. Somos ejemplo de lo que no hay que hacer.