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Burkina Faso expulsó a tres diplomáticos franceses por «actividades subversivas», según una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores a la que tuvo acceso la AFP el jueves, en una nueva señal de las crecientes tensiones entre el Estado africano y su antiguo amo colonial.
Los tres fueron declarados «persona non grata» y se les ordenó abandonar el país en 48 horas, según una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores fechada el martes enviada a la embajada francesa.
Según el Ministerio burkinés, los diplomáticos son Gwenaelle Habouzit, Hervé Fournier y Guillaume Reisacher.
El gobierno francés dijo el jueves que no había fundamento para las acusaciones «infundadas».
«No había motivos legítimos para la decisión de las autoridades de Burkina Faso. Sólo podemos deplorarla», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, Christophe Lemoine.
Desde que llegó al poder mediante un golpe de estado en septiembre de 2022, la junta encabezada por el capitán Ibrahim Traore ha distanciado a la nación de África occidental de Francia, que gobernó el país hasta 1960.
El embajador francés fue retirado después de la toma del poder, Burkina Faso canceló un acuerdo militar de 1961 entre los dos países, ordenó la retirada de las tropas francesas y recurrió cada vez más a Rusia en busca de apoyo en materia de seguridad.
Varios medios de comunicación franceses han sido prohibidos, mientras que Rusia también ha aceptado construir una central nuclear para el país africano.
Acusaciones de espionaje
El 1 de diciembre, cuatro funcionarios franceses fueron arrestados, acusados y encarcelados en la capital, Uagadugú, según una fuente francesa.
Las autoridades de Burkina Faso dijeron que eran agentes de inteligencia, pero la fuente francesa dijo que eran personal de soporte informático.
Los cuatro se encuentran ahora bajo arresto domiciliario, según fuentes de seguridad de Burkina Faso.
En diciembre de 2022, Uagadugú expulsó a dos ciudadanos franceses que trabajaban para una empresa de Burkina Faso por presunto espionaje.
Francia puso fin a las misiones militares antijihadistas en Mali y Burkina Faso y, más recientemente, comenzó a retirar fuerzas de Níger, los tres países donde las juntas ahora gobiernan tras golpes de estado.
Durante varios años, los tres países han enfrentado ataques yihadistas recurrentes por parte de grupos vinculados a Al Qaeda y Estado Islámico.
Sólo en Burkina Faso, alrededor de 20.000 personas han sido asesinadas y alrededor de dos millones han sido desplazadas desde 2015.
Los tres regímenes militares formaron un pacto económico y de defensa, la Alianza de Estados del Sahel (AES), en septiembre, y en febrero anunciaron su retirada del bloque de África Occidental CEDEAO.
El ministro de Defensa de Malí, Abdoulaye Diop, afirmó que la alianza es una «combinación de esfuerzos militares y económicos entre los tres países» y que su prioridad era «luchar contra el terrorismo en los tres países».
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