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En agosto del 2007 quedó al descubierto una de las más grandes e históricas infiltraciones de la mafia a las Fuerzas Armadas de Colombia.
Todo salió a la luz con las publicaciones exclusivas que hizo la sección Justicia de este diario. El escándalo fue de marca y de vergüenza mayor, pero nuestro país sin memoria ya no lo tiene en su récord.
Diego León Montoya, el capo de capos del cartel del norte del Valle, se había hecho con un ejército que cuidaba sus cargamentos, movía arsenales para enfrentar la guerra que sostenía contra otros narcos y controlaba el cañón de Garrapatas y todas las rutas del Pacífico. por donde sacaba toneladas de cocaína de alta pureza a Estados Unidos y Europa.
Él y sus hombres llevaron a la escena del crimen todas las tácticas que aprendieron en los cursos que el Estado les costó para convertirlos en la fuerza élite del Ejército colombiano y así lograran extinguir a la antigua guerrilla de las Farc y ser el referente militar del hemisferio. . Pues no fue ni lo uno ni lo otro.
Como se diría en el argot popular, “esa platica se perdió” y, como siempre, las víctimas quedaron en el limbo.
Ese cerebro, el alcalde Rodríguez Agudelo, autobautizado como Zeus, es el mismo que el pasado 21 de abril se fugó de la estación de policía de Cúcuta, 11 días después de su segunda captura.
Ya había estado en prisión entre el 2008 y el 2021, pero la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó su libertad condicional por su ‘compromiso’ con la verdad, la justicia y la reparación. De por sí, había participado en 10 sesiones en las que reconocieron su responsabilidad en ejecuciones extrajudiciales y asesinatos de militantes de la Unión Patriótica.
Esos y los pecados que les conoce a muchos otros fueron a irse con Zeus tras su fuga. Lo más inaudito aún es que dos décadas después su poder corruptor siga rondando. Quedó demostrado con la captura de tres policías que custodiaban la estación de Cúcuta y que, según los mismos mandos de la institución, habrían permitido su huida.
Este hombre, que ha mantenido un bajo perfil, es realmente del talante de los capos que cuidaba en el pasado. El mismo presidente Gustavo Petro señaló a ‘Zeus’ de liderar el robo de armas de las guarniciones militares de Tolemaida y La Guajira.
No es descabellado, porque su vínculo con muchos activos militares sigue intacto. Algunos de ellos están haciendo acercamientos con abogados para buscar beneficios jurídicos a cambio de hablar. Dicen ellos que varios de los aliados protectores de ‘Zeus’ son los otros paramilitares que ‘trabajaron’ hombro a hombro con él, para tomarse el sur del Putumayo en el 2000, y que ahora hacen parte del ‘clan del Golfo’.
Un déjà-vu más, como los otros tantos que mencionó en esta columna. La misma espiral de violencia a la que parecemos estar condenados.
(Lea todas las columnas de Jineth Bedoya Lima en EL TIEMPO, aquí).
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