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En un mundo obsesionado con las necesidades e intereses de los jóvenes, a menudo se olvida un segmento de la población con un enorme potencial: la generación plateada. A los mayores de 50 años nos ignoran no obstante tener experiencia y poder adquisitivo. Por eso me llamaron la atención las declaraciones de María Fernanda Suárez, presidenta del Banco Popular, quien señaló al periódico Portafolio en días pasados ​​que en la hoja de ruta del banco para los próximos años tienen previsto enfocarse en los mayores de 50 años y trabajar en su “inclusión financiera”.

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Si eso es cierto, la felicidad y el deseo la mejor de las suertes porque la mayoría de las empresas se quedan cortas para atender nuestras necesidades porque sus plataformas digitales no son amigables ni accesibles para nosotros, un segmento de la población que, paradójicamente, cada vez crece más porque la natalidad disminuye en casi todo el mundo.

El escritor español Arturo Pérez-Reverte se refirió a nosotros, los “tecnolerdos”, boomer-tecnológicos, vintage-tech, en un artículo de 2021 titulado ‘Cada vez más indefensos, cada vez más solos’, así: “… Atados a una madeja de contraseñas, toques en móviles, aplicaciones que convierten en un calvario lo que antes se solventaba en una sucursal mediante un rato de espera, un papel y una firma, obligados a moverse por un mundo virtual que ni conocen ni les interesa conocer, millones de abuelos, y no tan abuelos, miran hoy desconcertados la pantalla de un teléfono móvil con las siglas de un banco…”.

La doctora María Fernanda me hace recordar el optimismo, aunque parece que el mundo no tiene interés en cambiar. Inicialmente, tenía la esperanza de que la próxima Directiva de Inteligencia Artificial (IA) de la Unión Europea incluiría disposiciones que harían necesaria la intervención humana para tomar ciertas decisiones, pero parece que no será así.

Aún mantengo un poco de optimismo, sin embargo, ya que la propuesta normativa exige que se revise y asegure la responsabilidad de los sistemas de IA y me resulta difícil concebir cómo se logrará esto sin la participación humana.

¿En qué momento se nos olvidó que la IA es para facilitarles la vida a los humanos y no al revés? Soy de la generación plateada, soy bastante hábil con las aplicaciones, pero me declaro enemigo de la mayoría de los bots para el servicio al cliente.



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