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Qué cansancio. Mientras el presidente Petro parece decidido a liderar en negativo, a hablar con rabia en cada intervención; a defenderse, atacando ya reforzar una narrativa de división y, ahora, de persecución, la vida en Colombia pasa y nada tiene que ver con los discursos que, en maratón, se echa el señor presidente por todo el país.

La vida es, de hecho, lo que pasa mientras Gustavo Petro lanza arengas y agravios aferrados a un atril. La vida es la que tienen que padecer millones de colombianos con problemas irresueltos por el gobierno del cambio. La vida es la que construyen los que decidieron no quedarse esperando a que un día el presidente recapacite y emprendió un camino alterno a la realidad esquizofrénica que desde la Casa de Nariño se nos plantea.

En eso consiste, precisamente, la decisión que hay que tomar: o nos dejamos meter en esa suerte de mundo paralelo creado para excusar los problemas de la realidad, evadir las responsabilidades y hablar de golpes de Estado, o, miramos hacia el futuro con la convicción de que el país es más que sus dirigentes de ocasión, dinamizamos la economía, reactivamos la esperanza y nos rebuscamos entre todos la vida, a pesar y no gracias al Gobierno que está, irremediablemente, metido en un rarísimo ‘Petroverso’.

Y sí, al ‘Petroverso’ se le puede hacer el quite y se lo están haciendo los que proponen más y se quejan menos; los que entienden que Colombia puede ir por otro lado distinto al de la palabrería y la incitación al odio. Por ejemplo, mientras en Cali Gustavo Petro intentaba revivir los enfrentamientos que nos costaron tanto como sociedad en 2021, los empresarios del Valle y varios líderes del llamado estallido social vienen construyendo desde hace meses salidas realistas a la exclusión.

A través de ‘Compromiso Valle’, la escucha activa entre todos los actores de una ciudad en constante efervescencia como Cali ha permitido transformar realidades adversas en procesos de formación laboral, empleabilidad y paz social. Lo que el ‘Petroverso’ nunca reconocerá es que los jóvenes que salieron a las calles con genuinas preocupaciones hoy están hablando con los empresarios a los que antes les tiraban piedra, comprometiéndolos con soluciones construidas colectivamente y echando pa’ lante mientras el presidente señala de terrorista a Iván Duque o revivir el resentimiento de los ciudadanos frente a su policía.

Los que viven en el ‘Petroverso’ no se han dado cuenta –o simplemente no han querido ver– de que en el país real “nos siguen matando”, como decían cuando estaban en campaña. ¿Quién habla de las más de 100 masacres en estos meses de Gobierno o de los 38 líderes sociales asesinados solamente en lo que va corrido de 2024? La inseguridad en los territorios es lo que pasa mientras el presidente habla de un proyecto frustrado como el de la ‘paz total’.

Y aun así, al tiempo que en el ‘Petroverso’ trinan como si los problemas se solucionaran a punta de largas diatribas publicadas en una red social, los empresarios, de los que tanto denigra el presidente, siguen creando realidades, esas sí pensadas en la gente.

En el norte del Cauca, para finalizar con otro ejemplo, Asocaña y las comunidades se han unido para demostrarle al Gobierno que es posible, de aquí al 2026, sacar adelante proyectos que benefician a productores de panela, café y cacao. Con una inversión de más de 60.000 millones de pesos, ahí está el sector privado listo para contribuir con estos procesos, esperando que ojalá el Ministerio de Agricultura, que avaló la iniciativa, ayude a superar la conflictividad social en esa zona del país, con progreso. y asociatividad de verdad.

Así pues que el reto es salirnos del ‘Petroverso’ y reconocer que la vida en Colombia es otra cosa.

JOSÉ MANUEL ACEVEDO
(Lea todas las columnas de José Manuel Acevedo en EL TIEMPO, aquí)



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